No tenía pensado que este fuera mi primer grano en el culo... pero se ha presentado por sorpresa en mi vida, se ve que le han gustado demasiado mis cachetes (normal, son muy mulliditos, yo también lo haría...) y no se quiere ir... así, me obliga a hablar de ello inaugurando mi nueva sección.
He tenido la suerte de vivir muchos años sin conocerla. Y no por falta de ocasiones... me imagino que, como todos, he vivido etapas más y menos difíciles que he ido capeando con más o menos éxito. No quiere decir que no me haya sentido triste, perdida o nerviosa... yo creo que estas sensaciones las conoces desde niña...
Pero hasta este 2014 no conocí a ansiedad (no le doy el placer de ponerla como nombre propio, bastante privilegio tiene ya con ser mi primer grano... no se le vaya a subir a la cabeza).
Paradójicamente, es una de las épocas más tranquilas de mi vida... lo tengo todo, no perfecto, pero tengo muchas de las cosas que yo he deseado. Quizás por eso, por la falta de necesidad de algo más, por no valorar aquello que se tiene y cuyo anhelo te haría feliz, seguramente por exceso de tiempo libre en el cual le doy a mi cabeza la oportunidad de campar a sus anchas... dejé una rendija abierta para que este granito malo, malo, malísimo se colara en mi vida.
Y lo peor es que él no se quiere ir, y yo no tengo la contundencia suficiente para explotarlo y echarlo. No me preguntéis porqué, yo tampoco lo sé.
Lo peor de la ansiedad, para mí, es que afecta a la salud, o al menos a mí me afecta: al estómago, a la cabeza, al corazón. Y a veces te envuelve tanto que te paraliza. Son los peores momentos, porque el llorar o gritar o pillarte un berrinche... desahoga. Pero cuando me paralizo y no soy capaz de avanzar... me asusto.
Lo mejor? Si, todo tiene parte buena en esta vida, aunque en un principio no lo parezca... Lo mejor de la ansiedad es que, incluídos los momentos de parálisis momentánea, te obliga a reaccionar. Puedes tardar 5 minutos, 3 horas o 2 días... pero antes o después debes reaccionar. En mi caso, a veces me ha empujado al deporte (tiene mérito, que yo soy más perra que el suelo...), a ordenar la habitación, a salir a tomarme un café cuando no me apetecía... a realizar distintas tareas que cuando he finalizado me han hecho sentir infinitamente bien. Por una parte, porque he sido capaz de no dejarme engullir por lo negativo, y por otro, porque por fin! he hecho todas aquellas cosas que en un estado normal no hubiera hecho (la mayoría llevaban tiempo esperando a ser realizadas).
Me quedaría con la ansiedad por esto? Ni de coña! Globalmente es mala, no la quiero en mi vida, me supone demasiado agotamiento... y, como he dicho antes, la salud es lo más importante y no la cambio por nada ni nadie. Así que le daría una buena patada en el culo y la alejaría mucho muchísimo de mi... todo lo que pudiera.
No sé si seré capaz de dar esa patada con fuerza algún día, y no por falta de ganas...
De momento, aquí te quedas, atrapada en este post no muy bueno pero que a mi me sirve de terapia del día. Y no me busques más hoy... que tengo que terminar un regalo para mi madre, y tengo que ir a encuadernar unos apuntes, y tengo que estudiar inglés. Me pillas demasiado ocupada como para prestarte más atención.
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