Todo lo que no te esperas en la vida se disfruta con el doble de intensidad. O a mí al menos me pasa.
Soy una persona bastante cuadriculada. No a nivel de pensamientos y opiniones, pero sí que me gusta tenerlo todo bajo control. Saber qué haré esta tarde, mañana, el próximo finde y la semana que viene. Me aporta una falsa sensación de seguridad y, si, a la larga me trae más disgustos que alegrías... pero es un hábito difícil de desechar.
La parte mala de tenerlo todo planeado es que pocas cosas te sorprenden. Hay cosas que se convierten en costumbres, y de las costumbres se hacen leyes.... si una costumbre falla, te deja un hueco con el que no sabes bien qué hacer y te decepcionas, porque no fue lo que "debería" haber sido. Y además, esa ley debe cumplirse si o sí, para eso es una ley!! Te sientes obligado a cumplirla, y te sientes mal si no lo haces..
Pero, y en el caso de que se dé esa costumbre?? Bah, no es nada fuera de lo común... lo hago todas las semanas... y un hecho fantástico pasa sin pena ni gloria por tu día, porque te lo esperabas, y sólo rellena el hueco reservado para él.
Pues bien, a mi esto me ocurre en ocasiones con los eventos sociales. Hay amigos a los que veo más y a los que veo menos, por circunstancias de la vida... Creces, y tienes tus horarios, tu pareja, tu trabajo, tu familia y tus obligaciones. Las rutinas se descuadran y, en mi caso particular, cada vez se me hace más difícil coincidir con nadie porque voy a la contra de todo el mundo.
Aún así, me gusta sentirme cerca de los míos e intento hacer lo posible por mantener el contacto, más o menos, de una forma u otra, y pasar tiempo con ellos. Con unos es más fácil que con otros, evidentemente.
Esta semana me he dado cuenta de que si convierto una quedada en rutina la disfruto menos. Evidentemente me lo paso bien, quedo porque quiero y lo busco, pero parece que es la norma, se convierte en otro hábito como el ir a nadar o a trabajar. No destaca especialmente esa semana.
De igual forma, aquellas quedadas que no surgen casi nunca y que aparecen de higos a brevas son la alegría del mes, algo que te saca de la rutina y que te pone contenta para todo el día.
Seguramente no son comparables... cada tipo de quedada tiene unas características que no dependen de las personas que quedamos, sino más bien de las circunstancias. Pero he aprendido algo: que hay que pensar menos y vivir más, e intentar vivirlo todo como una sorpresa, sin planearlo de antemano, que vaya viniendo y pueda disfrutarse sin más. Por lo que es hoy, porque podemos disfrutar en este momento de una granizada sin pensar si volveremos a vernos en 2 días o en 2 meses...
Esta semana he tenido la suerte de poder disfrutar de varios de estos encuentros casuales, originados de forma extraña, y que me han hecho disfrutar muchísimo del momento. Y no sé si volverán a darse en un tiempo... pero cuando la vida es sorpresa, mola mucho más.
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a mi tb me gustan los encuentros esporádicos, cuando ya se pacta de manera constante se convierte en rutina, y pierden la gracia.
ResponderEliminarMe alegro que hayas disfrutado esta semana de algunos de ellos.
(yo tb soy un poco cuadriculada jajaj)
Besos