¡No trates de entenderme, sólo quiéreme!
Me encantaría gritárselo al mundo en multitud de ocasiones...
Es difícil que me entiendas, a veces no me entiendo ni yo... y en esta vida, además, hay poco que entender... mientras más intentas razonar las cosas, más tarumba te vuelves... porque esta vida no sigue un criterio, no es lineal ni circular, y hay muchas cosas que ocurren y que no ocurren sin explicación ninguna... y yo me siento como me siento y actúo como actúo sin ninguna explicación plausible tampoco.
Lo he aprendido y lo estoy asumiendo desde hace poquito: que la vida consiste en vivir, en disfrutar y en exprimir todo lo que ocurre, lo bueno y lo malo, para sacarle su jugo y quedarte con lo mejor de la experiencia. Pero no para entenderlo... en esta vida hay que pensar menos y vivir más (estoy en ello, estoy en ello).
Y si no puedes entender la vida, que nadie la maneja... imagínate las personas!! Yo intento ser empática, con los demás y conmigo misma, y no siempre lo consigo... somos seres sorprendentes, en el buen y el mal sentido, y muy difíciles de prever y de analizar.
En muchas ocasiones me siento analizada... y parece que de los resultados de ese análisis dependen muchas cosas: la opinión que tendrás de mi, el tiempo y el amor que me concederás... creo que no se puede realizar un análisis aislado y, en el caso de que el análisis sea multitemporal (es decir, basado en diferentes momentos y diferentes situaciones) tampoco será válido... no sé porqué tenemos tendencia a recordar cuándo me hice una analítica en la que me salió alto el colesterol, pero no recuerdo la fecha en la que los análisis me salieron correctos.
Así pues... si no vas a recordar mis momentos armónicos, si sólo vas a valorar aquello que no entiendes de mí... no intentes entender. Es mejor para tí y para mí. Tan sólo quiéreme. Quiéreme mucho. Pues quizás cuando menos me entiendas será cuando más necesite de tu amor...
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