En las últimas semanas me he sorprendido a mí misma. Y eso es algo que siempre, siempre, me hace sentir muy feliz... porque descubres cosas de tí (buenas y malas, también me gusta saber las malas para poder gestionarlas) que no conocías o que no recordabas.
Uno de mis mayores defectos, no por grave pero si por lo que me condiciona, es mi resistencia a los cambios, mi poca capacidad de adaptación. No me considero especialmente cuadriculada, pero sí que me gusta tener todo bajo control y, cualquier imprevisto me saca de mis casillas y consigue que haga una montaña de él, asfixiándome dentro.
Hace dos semanas, de la forma más tonta, rompí mi pantalla del portátil... además de la frustración de ser tan sumamente torpe, estaba el dinero que me iba a gastar en arreglarlo (no tengo dinero para esto!!) y la semana larga que iba a pasar sin mi preciado ordenador (cómo voy a estar así, con todo lo que tengo que hacer?? Lo necesito!!).
Si soy sincera, al principio sentí una mezcla entre pánico y ansiedad... pero conseguí calmarme y no hacer un mundo de una tontería. Y quizás porque encaré el "problema" desde primera hora con serenidad, he estado 10 días sin portátil más agusto que un arbusto.
Además, he descubierto la cantidad de tiempo que pierdo con mi portátil haciendo cosas que no me satisfacen tanto como cuando empleo mi tiempo en otras cosas. Para muestra, un botón: he recuperado el placer por la lectura. Desde pequeña he devorado libros, me encanta leer! Y últimamente leía muchos blogs (de los cuales muchos me interesan pero otros ni fu ni fa) y he vuelto a leer libros como una poseída.
La enseñanza: puedo adaptarme. Puedo descubrir que lo malo no es tan malo. Puedo encontrarme con situaciones buenas generadas por un inconveniente. Puedo tomarme las cosas con serenidad. Y puedo ser feliz con las cosas más insospechadas... La próxima vez que me sature, le pego una patada al portátil, jiji!
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