"Si el amor aprieta, no es tu talla"
No sé si será casualidad... pero esta semana he leído esta frase en distintas publicaciones, con distintos formatos, y en distintos medios. Así que me la guardé para reflexionarla este domingo.
Tengo la suerte de que, en mi situación actual, no me aprietan más que los vaqueros (en vías de resolución, ya me he puesto con el deporte en serio, y esta vez voy a vencer yo!!). Pero vivo rodeada de gente asfixiada y, lo peor de todo, es que no se dan cuenta, o no quieren ver, aquello que les asfixia.
Cuando yo hablo de amor, me refiero a él en todas sus vertientes: padres, hijos, amigos, pareja... Todos deben enriquecer nuestra vida, y todos a veces la dificultan sin darnos cuenta. Y no hay porqué aguantar: el amor es, o debe ser, un sentimiento positivo. Aunque a veces duela querer demasiado... pero ese tema no entra en este post (me lo apunto para otro, jiji).
Hay cantidades de parejas que están por estar, porque es más fácil seguir acomodada aunque eso no sea lo que buscamos, porque no hay nada mejor, porque no puedo estar sin él o ella... Y yo entiendo todos estos motivos, porque también los he tomado como propios en otras épocas de mi vida. Por eso sé que es muy fácil engañarse a uno mismo y a los demás pensando que las cosas son como son, y yo no puedo hacer nada.
Probablemente no puedas hacer nada con respecto a tu trabajo, a tu casa, a tu apariencia física... que siempre puedes hacer algo, con lo cual también es mentira esa afirmación, pero hay cosas más fáciles y más difíciles de solucionar. Acabar con una relación mala para tí es difícil, porque todo lo que conlleva sentimientos nos hace sufrir y mucho, pero sí que está al alcance de tu mano. Y eso es un buen motivo para ponerte con ello e intentar tu felicidad también en el ámbito de pareja.
Hay amistades que aprietan... y que se mantienen en el tiempo porque han derivado en una relación malsana que ya no hay por donde coger. ¿Seguro? Yo creo que todo puede adaptarse, porque... si la amistad aprieta, no es de tu talla.
Las personas crecen, las circunstancias cambian... y las amistades también, o deberían. Como todas las relaciones en esta vida, deben de adaptarse al momento que vives, a la persona que eres, y a las necesidades que tienes. Y puede hacerse, con un poquito de empeño por ambas partes. Tendemos a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor... pero realmente todo va por ciclos, y después de uno malo, llega uno bueno. Hay que coger las tijeras, el hilo y la aguja, y readaptar la relación para que vuelva a satisfacer a ambos.
Incluso en el ámbito de la familia... y mira que esto es difícil, porque en este caso no se elige, pero siempre puedes intentar modular tus relaciones con tus padres, tus hijos, tus hermanos... porque el amor no aprieta, no debe apretar.
Para mi es fácil decirlo, porque aunque mi familia no es de color de rosa (hay gente con la que apenas tengo contacto, y tenemos follones como todo hijo de vecino...) me considero una afortunada en este sentido. Mi madre y mis hermanos lo son todo para mí, ya lo he dicho más de una vez.
Pero creo que sí que tenemos la capacidad de elegir con quien nos relacionamos más, y con quien menos. A quién le damos el poder de hacernos daño. Con quien queremos compartir nuestro tiempo. A quienes queremos llamar FAMILIA en mayúsculas porque se lo merecen.
Me llamó mucho la atención esta frase, siendo la cosa más tonta del mundo... pero yo antes creía que quizás te tocaba un amor menos bueno y te tenías que aguantar... y no, nada de eso: el amor no debe apretar... tú qué opinas?
curiosa frase, y totalmente cierta, sólo que a veces nos negamos a verlo. Un beso
ResponderEliminarDicen que no hay más ciego que el que no quiere ver... y nos encanta mirar para otro lado.
EliminarUn besote!
Estoy cien por cien de acuerdo contigo, se puede sufrir cuando estás enamorada, pero no debería ser el pan de cada día...
ResponderEliminarSe sufre porque al querer demasiado también se pasa mal... pero el balance siempre, siempre ha de ser positivo!
EliminarBesotes!