viernes, 11 de abril de 2014

Motivo 1 - La felicidad es personal e intransferible.

No sé si os ha pasado alguna vez... que te sientes triste y, aún sabiendo que eres tú la que tiene el poder de cambiar tu estado de ánimo, intentas hablar a todo bicho viviente de tu wasap en busca de una mano amiga que te rescate del pozo de desolación donde te has metido tu solita.


Creo que a mi al menos me pasa porque, a lo largo de nuestra vida, nos enseñan que hay millones de cosas que nos dan felicidad: cosas que puedes comprar, cosas que puedes compartir con otras personas... en qué momento nos enseñan que la felicidad no nos la dan cosas o personas?? Bueno, si, hay alguien que puede darte la felicidad: tú mismo. Pero eso no te lo enseña nadie.

Soy de esas personas que cuando se siente triste, la mayoría de las veces busca alguien con quien compartir su "problema" (real o ficticio, he de aclarar).Pero con el paso del tiempo me he dado cuenta de que, aunque en el momento de hacerlo me siento mejor, pasado un rato descubro que:

  1. Esa persona no puede, aunque quiera, cambiar mi estado de ánimo.
  2. En ocasiones, a esa persona ni siquiera le interesa en ese momento echarnos una mano con nuestra depresión, y tampoco podemos juzgarlo por ello...
  3. Aunque tengamos la suerte de que la persona en cuestión quiera y pueda ayudarnos a sonreír por un rato, este efecto es pasajero. Con el paso de las horas tu "monstruito del malestar" volverá a tí, y tendrás que volver a comenzar el proceso de búsqueda de un nuevo "sanador".
Este ciclo es agotador... y os lo digo porque lo he vivido más de una vez. Y si además de buscar que tu mentor no solo te distraiga, sino que además te dedicas a contarle tus rollos e intentar que te los solucione... cuando acaba el día y has compartido tu carga con 10 personas, le estás tremendamente agradecida a todas ellas, pero seguramente te sientas sólo un poquitito mejor.

Ojo! No quiero decir con esto que no sea bueno compartir tus alegrías y tus penas con la gente que te quiere... esto es bueno en muchas ocasiones, y también necesario para tu salud mental.

Pero se nos olvida a veces (se me olvida) que, como dice el título del post, la felicidad es personal e intransferible. Y sólo tu puedes buscarla y conseguirla. Y mantenerla. Y disfrutarla.

Pongo el ejemplo de mi madre, que es la mujer que más me quiere en el mundo... sé que daría un brazo suyo por verme sonreír en esas ocasiones en las que estoy mal... y se esfuerza, y me escribe todo el día, y viene a mi habitación y me da besos y abrazos, y me hace una cena rica... pero mami, no puedes transferirme un poquito de tu felicidad. Puedes hacerme sonreír, cosa que es muy de valorar y agradecer. Pero mi felicidad es mía, y sólo la puedo conseguir yo, qué lástima!!



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