Domingos motivadores (10)

Hay 3 palabras que cambiarán tu vida: Empiezo por mí.

Que conste que todavía no he conseguido que cambien la mía... pero sí que me aportan un nuevo punto de vista, y una tranquilidad pasmosa frente a las exigencias externas.

Es algo que he comenzado a hacer sin saberlo... un día descubrí que me estaba perdiendo, que hacía tanto lo que la gente quería o esperaba (o yo pensaba que esperaba) de mí que llegó un punto en el que no tenía muy claro qué es lo que quería yo. Y eso asusta, eh? Intentar pararte a pensar qué es lo que quieres de la vida, del finde, del día... y no ser capaz de discernir mis preferencias. Ese estado de agobio se llega a transformar a veces en apatía... y no mola nada. Porque, al menos yo, como me instale ahí... estoy vendida.

El día D (de descubrimiento) me asusté un poquillo. Y como yo funciono así, que sólo planto cara cuando le veo las orejas al lobo, decidí empezar a cambiar. Me puse mi traje de superheroína y dije, hasta aquí: Empiezo por mí. Bueno, exactamente no fue del todo así... he tenido ayudas externas y muchas conversaciones conmigo misma, periodos de prueba, lloros y tirones de pelos... y ahí sigo.

La parte buena es que, aunque el camino es largo y yo todavía no logro ver la cima, sí que he llegado a un punto de inflexión.
Al principio, me repetía mi mantra: Empiezo por mi, empiezo por mi, primero yo, luego lo que yo quiero, después el resto, empiezo por mí... Pensaba que tenía que ser así, lo racionalizaba y más me convencía aún... pero no lo sentía, con lo cual es muy muy difícil llevarlo a cabo: cabeza y corazón luchan, sabes lo que tienes que hacer pero te sientes mal haciéndolo...
Por suerte, un día descubrí que me lo había empezado a creer... y ahora no sólo pienso que debo ser mi propia prioridad, sino que lo siento así, me nace de dentro. Y me congratula mucho esa sensación.

Evidentemente, la gente no cambia, o al menos no tan fácilmente. Muchas veces lo he hablado con una amiga: hay personas que tienen tendencia a ser egoístas, o tendencias a pensar demasiado, o tienden a deprimirse con facilidad... yo creo que si naces tonta, mueres tonta, lo llevas en tu código genético. Pero sí que está en tu mano modularlo, modificarlo, y quizás en vez de morir tonta mueres alelaílla. No sé si me comprendéis... soy malísima poniendo ejemplos, jajaja!

Así que yo seguiré eternamente con mi tendencia a pensar mucho, a preocuparme demasiado y a mirar por y para los demás... con la diferencia de que, de ahora en adelante, intentaré empezar por mí.

Feliz domingo!!