domingo, 21 de septiembre de 2014

Nueva vida

Este domingo es un domingo especial... hoy no estoy motivada, estoy algo tristoncilla: "mi pequeño del alma" se me ha hecho mayor y se ha ido a más de 400 kilómetros a estudiar :(


Mi hermano pequeño y yo siempre hemos tenido una relación especial. No sé si por nuestra forma de ser (porque, aunque en versiones distintas, somos los más parecidos de casa), por la diferencia de edad (no sé si lo recordará, pero de más pequeño me decía que yo era su "segunda mamá" y, pese a que intento no serlo, muchas veces actúo como tal), por las circunstancias que nos ha tocado vivir (al faltar uno de tus padres creo que te unes mucho más a tus hermanos), o simplemente por azar.

El caso es que nos llevamos muy bien y, aunque cada uno tiene su vida, y a él le gusta ser más independiente e ir a su bola, nos queremos muchísimo. Y, en los momentos importantes de nuestras vidas, de una forma o de otra, yo he podido sentir su apoyo (espero que él también el mío) y hemos estado el uno para el otro.

Hoy se ha marchado para su nuevo destino, aunque yo este finde estaba de viaje y me despedí de él el jueves. Sé que marcha lleno de ilusión, por muchos motivos. Y es que lleva pensando en todo lo que va a hacer durante este año en su nueva ciudad: hacerse carnet de socio del equipo de fútbol local, los cines donde va a ver la nueva de Torrente, los lugares donde irá a correr... mira que yo soy planificada, pero lo de este niño supera récords!!

Lleva bromeando con lo agustito que va a estar sin nosotras meses... se rie pensando que no nos va a echar de menos, que va a hacer lo que le dé la gana... yo sé que se hace el duro, y que le gusta hacernos rabiar, a partes iguales. Pero también sé que en el fondo, estará cagaíto de miedo. Porque yo ya he pasado por ahí, aunque en versión más light.

Cuando yo me fui a estudiar fuera (hace 10 años, pero es como si hiciera una eternidad... madre mía!!), sentía muchas emociones, aunque creo que la principal era expectación: expectación por cómo sería vivir en otra ciudad, la residencia, la carrera, la gente que conociera... expectación, que implica ilusión por una parte, pero un estado de alerta un tanto inquietante por no saber qué vendrá.

Recuerdo perfectamente cuando mis padres me dejaron en la residencia, y se volvieron a casa. Yo me quedé allí, sola, en una habitación desconocida. Grande y cómoda, sí, pero con un montón de cajas y cosas por medio. Todo empaquetado e impersonal. Aquel no era mi sitio todavía. Para terminar de arreglarlo, yo aparecí aquel día demasiado temprano, por lo cual la resi estaba vacía y no tenía ni gente con la que socializarme... Mi novio de entonces estaba en mi ciudad de origen, por lo que me empezaron a entrar dudas de qué hacía yo allí exactamente...

Sé que esas mismas dudas te entrarán a tí... porque te sentirás un poquito solo, porque estarás a bastante distancia de nosotras,  porque echarás de menos tu casa/tus amigos/etc., y porque contigo mismo no tienes que disimular. Cuando te acuestes esta noche, sentirás esa expectación que sentí yo, aderezada con la negatividad que nos traen siempre las noches y el insomnio. Para mí, al menos, la primera noche fue algo extraña...

Pero esta noche pasará... y mañana, esta semana, este mes, este cuatrimestre, este año, esta época de tu vida... pasarán también mucho antes de que quieras darte cuenta. Y vendrán cargados de días buenos, de días malos, de momentos inolvidables, de gente increíble, de ilusiones y desilusiones, de aprobados y suspensos, de encuentros y desencuentros... y de un montón de sensaciones increíbles que te ayudarán a crecer, madurar y convertirte en ese gran hombre que ya empiezas a ser.

No puedo prometerte que será la mejor época de tu vida... en mi caso no lo fue, porque durante esos años pasaron cosas buenas y no tan buenas, y porque estudiar una carrera no resulta especialmente divertido: a mi me costó bastante, mucho sudor y muchas lágrimas. Pero esos años también me trajeron muchas, muchísimas risas, muchas experiencias y a alguna que otra persona que hoy es esencial en mi vida.

No puedo abrazarte y decirte que no sufrirás, que no te sentirás solo a veces, que desearás estar en casa, que no te preguntarás alguna vez qué puñetas haces allí tan lejos, estudiando algo que no siempre te gustará, viviendo cosas que quizás no quieras vivir... pero sí que puedo prometerte que cualquiera de nosotras estará al otro lado del teléfono y que acudiremos al rescate antes de que silbes siquiera. Eso ya lo sabes, pero en estos años aprenderás el valor que tiene, y que no eres menos fuerte por pedir ayuda alguna vez.

Aprenderás tantas cosas... que aunque se me salten las lágrimas pensando en tí tan lejos, aunque ya te echemos de menos mucho más de lo que te imaginas... estoy muy feliz por tí, muy, muy feliz. Porque estos años son esenciales, y tu tienes la suerte de tener una oportunidad increíble para crecer y convertirte en un gran profesional.

Así que aunque quizás ahora estés un poco triste, o te sientas raro... disfruta, disfruta y exprime al máximo todo lo que sientes ahora, grábalo en tu recuerdo para poder contarlo el día de mañana, sácale la esencia a las emociones buenas y malas que vivas durante esta época... pues la vida universitaria sólo se vive una vez, para bien o para mal, y te aseguro que van a ser unos años inolvidables.

Mucha, mucha suerte en esta nueva etapa de tu vida. Estoy deseando que llegue feria para tenerte otra vez aquí con nosotras. Aunque me ocupes el baño con música de esa extraña que te gusta a tí a toda voz... ;)

Pd.- Sé bueno (lo suficiente), ten cuidaico (no hagas barbaridades), no bebas (demasiado), abrígate (que ya te veo en manga corta por ahí), estudia (esto sin aclaración ninguna, estudia!!) y todas esas cosas que tu progenitora te dice y que la madre que hay en mí no puede evitar repetirte.

6 comentarios :

  1. Recuerdo cuando yo me fui a estudiar fuera. Acababa de pasar uno de los mejores veranos de mi vida y tenía que irme, justo cuando mejor estaba. Además mi partida tuvo lugar durante las fiestas de mi pueblo y me perdí los fuegos artificiales, que aunque parezca una tontería, a mí siempre me han gustado. Mis padres me dejaron en la residencia, con varias maletas y muchas ganas de llorar. Lo primero que hice fue colgar un montón de fotos de mis seres queridos en el corcho de aquella habitación. Empecé a conocer gente aquella misma noche, y poco a poco, la cosa mejoró.
    Ahora tengo el recuerdo de Huesca como una de las mejores vivencias que he tenido, y echo de menos taaantas cosas... Por suerte, hay cosas y personas que siguen conmigo de aquella época :)

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    1. Estoy de acuerdo en todo! Yo también tengo la suerte de guardar muchos buenos recuerdos, mucho aprendizaje y gente que en la actualidad es esencial en mi vida. Pero los comienzos son duros... aunque valgan la pena ;)
      Besotes!!

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  2. Pues qué bonita entrada, llena de cariño y esperanza.
    Espero que os vaya muy bien a los dos :) aunque a tu hermano se le va a hacer más llevadera la separación, digo yo, por la novedad y todo eso, un mundo nuevo, nuevos amigos...qué chulo.
    Tiempo de crecimiento y maduración. Bonita época para disfrutarla al máximo.
    Muchos besos Ali

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    1. Eso mismo pensaba yo... que él aunque nos eche de menos tiene la ilusión, a mí solo me queda un mueble vacío en el baño, jeje!!
      Pero estoy segura de que, como bien dices, sabrá aprovechar esta época tan chula. Besazos!!

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  3. Al final sólo somos conscientes del tiempo que pasa cuando miramos a los que son más pequeños que nosotros!!!

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    1. Y tanto!! Yo me siento casi, casi igual que cuando tenía 17 años...
      Un besote!

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