La noche me ha pillado descansada, hacia años que no dormía tanto un día festivo... y estoy triste. Un ligero dolor de estómago irradia hacia el resto del cuerpo. Estoy baja de defensas, sobrada de energía, falta de resistencia y con exceso de lágrimas en mi interior.
Demasiadas emociones, las que me atacan con nocturnidad y alevosía, y no sé muy bien qué hacer con ellas.
Escribir. Escribir aclara la mente. Me funciona mejor ordenar armarios, pero mi hermana duerme en la cama de al lado, y no es plan. Bendita tecnología! Hasta mi móvil patata me permite desahogarme desde entre las sábanas. En silencio, sin que nadie se entere. Mientras todos duermen y yo no encuentro la forma.
Añoro los dias en que el insomnio y yo no nos conocíamos. Me bastaba rozar la almohada para descansar del tirón, feliz, tranquila. Pepe, mi osito de peluche, bastaba para solucionar mis problemas.
Aún conservo a Pepe, pero no me es suficiente. Quizás ya le haya comido demasiado la cabeza... quizás soy demasiado mayor para eso. Que penica.
No sé si contar ovejas o hacerme una tila. Levantarme a ver la Tele u obligarme a relajarme. Cerrar los ojos y esperar... al sueño, al amanecer, a la tranquilidad.
Odio las esperas, quizás eso es lo que resume todo esta noche.
Demasiadas emociones, las que me atacan con nocturnidad y alevosía, y no sé muy bien qué hacer con ellas.
Escribir. Escribir aclara la mente. Me funciona mejor ordenar armarios, pero mi hermana duerme en la cama de al lado, y no es plan. Bendita tecnología! Hasta mi móvil patata me permite desahogarme desde entre las sábanas. En silencio, sin que nadie se entere. Mientras todos duermen y yo no encuentro la forma.
Añoro los dias en que el insomnio y yo no nos conocíamos. Me bastaba rozar la almohada para descansar del tirón, feliz, tranquila. Pepe, mi osito de peluche, bastaba para solucionar mis problemas.
Aún conservo a Pepe, pero no me es suficiente. Quizás ya le haya comido demasiado la cabeza... quizás soy demasiado mayor para eso. Que penica.
No sé si contar ovejas o hacerme una tila. Levantarme a ver la Tele u obligarme a relajarme. Cerrar los ojos y esperar... al sueño, al amanecer, a la tranquilidad.
Odio las esperas, quizás eso es lo que resume todo esta noche.
Cómo odio esas noches en que no hay manera de dormir!! Del lunes al martes fue horrible, porque a pesar de echarme a las 11 de la noche, eran las dos de la madrugada que yo seguía en plan buho. Y qué divertido cuando a las 7 sonó el despertador... ayyy
ResponderEliminarEstábamos igual... jajaja! No dicen que mal de muchos...
EliminarBesotes!!
Querida Ali, reconozco esa sensación, cuando la cabeza te trae de golpe todos los recuerdos, las preocupaciones, las tristezas, pero te trae también las esperanzas, que son las que tienes que mantener despiertas cuando amanezca y entonces verás que de noche todo se hace cuesta arriba.
ResponderEliminarA mí me gusta la noche, siempre me ha gustado y además como duermo poco, le saco provecho, pero no dejo de comprender que también te traiciona cuando hay algo que ronda.
Anímate e intenta dormir cada noche echando fuera lo que te preocupe hasta el día siguiente.
Besos apretaos
Puedes creerte que nunca se me ha ocurrido pensar en positivo en una situación así??
EliminarGracias por la idea, la próxima vez que me nuble, en vez de contar ovejas, voy a contar ilusiones.
Ya te contaré cómo me va ;)
Besotes!
Así me gusta preciosa.
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