Son buenos los cambios, yo siempre abogo por ellos. Creo que es bueno ser flexible, estar abierto a otras posibilidades, y evolucionar... yo tiendo a ser estricta conmigo misma y con los demás, pero con la edad te das cuenta de que tienes que adaptarte para sobrevivir, por los demás y también por ti. Sin embargo...
Hoy me llevé una sorpresa, con alguien que conozco desde hace muchos años. Una persona más rígida que yo en mis mejores tiempos, y cuyo cambio creo que es muy positivo, tanto para ella como para su entorno. Es algo que yo llevo esperando un tiempo, pese a que nunca estuve completamente segura de que llegaría a pasar.
Pues no me siento contenta. Y no sé por qué... quizás sea porque no llevo bien los cambios, aunque sean positivos. Quizás sea porque me ha pillado de sorpresa. Pero creo que es algo menos sencillo, siendo sincera: me da miedo. Me da miedo los resultados de este cambio.
Creo que con el tiempo será para bien, que todos estaremos mejor, que beneficiará nuestra relación... pero en un primer momento, preferimos un dolor conocido a un bienestar desconocido, porque nos asusta lo que desconocemos. Somos tan cobardes...
Esta es una entrada un poco ambigua, lo sé... pero necesitaba expresar lo que siento esta mañana para poner todo en orden y sacar lo positivo. A veces cuesta más, como hoy, pero cada vez creo más que si nos quedáramos con lo positivo de las cosas nos haríamos la vida muchísimo más fácil.
En este caso, sólo me queda esperar... a mi las esperas me matan, agghh!! Razón de más para ponerme a prueba una vez más y darme cuenta de que no, chica, de esperar nadie se muere. Y cuando llegue ese puente, ya lo cruzaremos... a mi mente es que le gusta mucho pensar en el futuro. Mal, mal, mal.
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