viernes, 18 de julio de 2014

Motivo 15: Madurar

En esta semana ha presentado su tesis una gran amiga mía. B, que siempre ha sido para mí un ejemplo de capacidad de trabajo y de tesón para lograr lo que uno quiere en la vida, ya es doctora. Soy muy feliz por ella, porque sé que es algo que ha sido su sueño durante gran parte de su vida académica, y puedo decir que me siento muy orgullosa de ver lo bien que lo ha hecho hoy.


Ahora su futuro, si bien es muy prometedor pues no podría ser de otro modo, no es aquel que ella siempre había esperado. Nuestros caminos se distancian, que no separan, y se abre una nueva etapa para ella. Desde aquí, si algún día me lees, toda la suerte que te mereces!!

Mientras hoy dormía la siesta con mi aire acondicionado puesto, o intentaba dormirla a pesar de este día caluroso que hace hoy, reflexionaba sobre esto. Sueños cumplidos, objetivos marcados, pasado, presente y futuro.

B y yo nos conocemos desde hace la friolera de 24 años... durante estos años hemos vivido muchísimas cosas, buenas y malas, y hemos compartido muchos proyectos e ilusiones. Hoy me siento plena porque uno de ellos haya llegado a buen puerto.

También tengo una mezcla de sentimientos... qué soy yo sin mis popurrís? Hoy me siento, nos siento, mayores. Siento adulta a esa persona que exponía esta mañana como si no hubiera hecho otra cosa en su vida... siento madura a esa persona que la escucha en la silla con una especie de orgullo maternal. Y me sorprende, me ha pillado desprevenida.

Siento cierta añoranza... porque hoy me he dado cuenta de que hay cosas que van cambiando y que por suerte o por desgracia no van a volver... tenemos la suerte de guardar millones de recuerdos, pero da morriña saber que ya no podemos jugar a ser niñas y reírnos en la fiesta del colegio.

Pero también siento alegría, por poder quemar etapas y hacerlo juntas. Por crecer, por ir buscando cada una su camino... y que parte de la esencia permanezca inalterable. Y siento ilusión, intriga y emoción por darme cuenta de que somos mujeres que buscan su hueco en el mundo y que, poco a poco, cada una a su nivel, lo encuentra.

Últimamente me había sumido un poco en el síndrome de Peter Pan... me abrumaba la responsabilidad de empezar a ser adulta, y no quería crecer más. Hoy algo ha cambiado, quizás han sido las circunstancias, o no sé muy bien el qué... pero he podido comprobar que crecer mola, que crecer junto a gente que quieres mola más y que, como todo en esta vida, si sabes verle el lado bueno puedes disfrutarlo un montón.

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