miércoles, 14 de enero de 2015

Motivo 29: Estamos vivos

No se me ocurre un motivo más importante para ser feliz hoy. Y es que no sé porqué, últimamente estaba volviendo a obsesionarme con la muerte, la pérdida, la enfermedad... pero la vida es sabia, y te va dando lecciones para que te dejes de tonterías.

Ayer murió una tía de mi cuñado, a la cual yo conocía aparte porque era paciente mía de la farmacia, ella y toda su familia, porque vivían en el portal de al lado. Una mujer joven y con muchas ganas de vivir a la cual una enfermedad bastante puta la cogió por sorpresa y se la ha llevado en muy poco tiempo.


Es verdad que cuando vives la muerte de cerca, ya no vuelves a vivir el resto de muertes igual: desde que murió mi padre se me han quitado muchas tonterías con respecto a este tema, y veo algunas cosas de forma diferente, como más asocial.

En mi ciudad hay dos tanatorios, no sé exactamente cual es el criterio para derivar a un difunto a uno o a otro. La misa de hoy era en el mismo tanatorio donde estuvo mi padre, y es algo superior a mí... tengo la suerte de que el otro es más concurrido, porque cada vez que entro allí me falta un poco el aire. La misa también era allí y, aunque han pasado casi 8 años ya, yo me veía allí, con la misma edad que tiene ahora la hija menor de la fallecida, aguantando el tipo como puedes. Tan perdida, con la misma cara de pasividad que yo tenía entonces, un poco fuera de lugar, y deseando que todo acabe para poder irte a casa, sin saber muy bien a qué.

En el caso de hoy, además del parentesco familiar y de las similitudes con mi propia experiencia, había algo más: la parte mala que lleva implícito tu trabajo. Lo peor de lo mejor de trabajar de cara al público: esos pequeños milagros que hacen que, al igual que hay gente a la que escupirías a la cara (y me imagino que ellos a mi, porque es mutuo el desagrado), a otra gente le llegues a tener un cariño especial, y se cree una conexión entre ambos que, si bien no es amor, es un cariño muy, muy grande.

Esto es lo que a mí me ha pasado con el reciente viudo: un hombre reservado, risueño, que ha querido y cuidado a su mujer de una forma extraordinaria, con el que he tenido la suerte de compartir momentos muy especiales, y al que aprecio sinceramente. Quizás porque no soy preguntona, porque a través de la información de mi hermana conseguía sacarle una sonrisa en mitad de la época tan dura que estaba viviendo, o quizás porque la vida es así de bonita, yo le tengo mucho cariño a este hombre, y él me lo tiene a mí, como pude comprobar ayer. 

Y por eso hoy es un día tan raro y tan triste... porque el dolor ajeno te hace temblar, y el cercano te hace sentirlo como propio. Y yo no me acostumbro a que la vida sea tan injusta, a que la gente buena sufra y a que a tanto hijo de puta como hay por ahí suelto le salga todo redondo. Porque no se lo merecen, ni unos ni otros.

De un día tan triste como el de hoy y el de ayer me quedo con una cosa que sí que es positiva: no sabemos cuánto tiempo estaremos en este mundo ni de qué forma, y tampoco podemos influir sobre nuestro destino... pero sí que podemos dejarnos de estupideces, dejar de preocuparnos, de complicarnos la vida, de darle importancia a cosas que no la tienen. Podemos empezar a cuidarnos, física y emocionalmente, a cumplir nuestras obligaciones sin darles tanta vuelta, a disfrutar de los nuestros, de cada momento, de todo lo bonito que tenemos... 
y si mañana no estamos, mala suerte, pero hoy que sí que estoy, voy a hacer todo lo posible porque sea un día 10. Todos los días, mientras estemos vivos, pueden serlo.

8 comentarios :

  1. Voy a poner en práctica tu último párrafo, Ali, a ver si me contagias esa fuerza y esa positividad, hija.

    A pesar de que estoy de acuerdo con todo lo que has dicho, hay veces que cuesta más que otras.
    Gracias por ser como eres.

    Besos apretaos

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    1. Esta mañana se lo decía a una amiga: todo son ciclos... y creo que hay que vivirlos todos, las subidas y las bajadas. El truco está en no recrearse en las bajadas, cosa que yo he hecho mucho a lo largo de mi vida...
      Gracias a tí, por este comentario que me llega tan dentro.Un besote!!

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  2. Qué bueno es tener gente a tu lado que sepa sacarte una sonrisa cuando duele el alma. Aquí sólo hay un tanatorio y cada vez que tengo que ir lo paso fatal, te entiendo perfectamente. Estoy tan de acuerdo contigo que no hay derecho que haya gente que no se merece ni el aire que respiran y le sale todo a la perfección y, por el contrario, buena gente que parece que la mala fortuna se ceba en ellos...
    Pero, como bien dices, hay que sacar ese optimismo a relucir, aunque en días así parezca que no lo encontramos.
    Besines y muchísimo ánimo

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    1. Muchas gracias. La vida no es justa, pero si encima nosotros nos cebamos en el lado negativo, la hacemos aún más difícil, ains. Un besote!

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  3. A mí no me gusta pensar mucho en la muerte. Las enfermedades y los palos que da la vida son demasiado duros, hay que disfrutar todo lo que se pueda mientras las cosas no toquen muy de cerca, porque con el paso del tiempo queramos o no... la vida nos dará el palo a nosotros mismos y cuando eso ocurra más vale que pensemos que hemos aprovechado el tiempo!

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    1. A mi tampoco me gusta, pero últimamente el tema me obsesiona más de la cuenta, supongo que són épocas...
      Besotes!

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  4. Hola Ali, tengo tus mismas fobias, el tema de la muerte reconozco que me supera, pero tienes toda la razón tenemos que aprovechar cada momento que nos brinda la vida y disfrutar de nuestras familias y amigos, con los pequeños momentos y siempre, siempre recordar las cosa buenas de los que nos aportaron los que ya no están. Un beso guapa, tu espacio es un gran descubrimiento para mi. Besotes!

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    1. Sobre todo, porque por pensarlo no van a dejar de pasar o no pasar las cosas... da un poco de agobio pensar esto, pero es así... Posteriormente a esta entrada me han pasado cosas que me han hecho dar un giro de tuerca a todo este tema de la muerte, asi que nuestros pensamientos también van cambiando por épocas.
      Me ha encantado verte por aquí, un besote!

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