Motivo 31: Empatía

El 2015, o lo que llevamos de él, está siendo un año de contrastes. Yo me siento divinamente, decidida, fuerte y poderosa, como hace tiempo que no me sentía. Sin embargo, creo que no recordaba temporadas como ésta, en la que en 26 días haya habido tanto dolor a mi alrededor.

Algunas cosas más importantes y otras menos, pero cuando ves a la gente sufrir también sufres tu. Creo que eso es algo que tenemos desde niños y que luego de adultos perdemos no por la ausencia del sentimiento en sí, sino porque tenemos miles de cosas "más importantes" (ja!) que hacer como para preocuparnos de lo que sentimos y dejamos de sentir.

O quizás sea el instinto de supervivencia... la falta de empatía te hace sentir menos, ser más inmune y, si bien yo pienso que esto es más malo que bueno porque también te pierdes muchas alegrías y cosas que disfrutar, también te ahorras muchos malos ratos, lágrimas que no sabes de dónde vienen y pellizcos en el estómago. 

Y es que vivimos en un mundo en el que no queremos sentir, porque preferimos dejar de sentir lo bueno para no sentir lo malo también. El sufrimiento está muy mal visto... y oye, no te digo yo que sea algo deseable ni mucho menos, pero sí que es parte de la vida y te ayuda a cambiar de perspectiva, a distinguir el oro de la paja y a disfrutar mucho más cuando todo está bien y te sientes bien.

Yo tenía esta parte de mí un poco "dormida", no me preguntéis porqué. Si me paro a pensar, creo que desde que viví el que yo autodefiní como "mi annus horribilis" decidí que ya era lo suficientemente desgraciada, que peor que yo no había nadie en el mundo y que yo estaba aquí para sufrir y ese era mi sino. Desde luego, no hay nada como regodearse en la autocompasión... madre mía!

Por suerte para mí, Ali ha cambiado mucho desde entonces: ha madurado, ha dejado de hacerse la víctima (aunque le mole de vez en cuando, reconozcámoslo) y he vuelto, casi sin darme cuenta, a ser empática. Mi trabajo me ha quitado muchas tonterías, trabajar con gente, conocer personas y sus circunstancias te hace relativizar mucho... la otra parte son los espejos que nos pone la vida enfrente para que te rías de ti mismo, de lo bueno y de lo malo.

Me alegro de volver a ser empática. He cambiado mi preocupación excesiva por los demás, que era más interesada que otra cosa, por ir más a mi bola pero conectando de manera diferente. O tiendo cada vez más a ésto... porque el que nace de una forma no puede ser completamente de otra. Y sufro y disfruto de lo que ocurre a mi alrededor, como si fuera mio, pero sin hacerlo mío. No sé si me explico... pero lo siento así, que es lo importante.

Enero ha comenzado duro, como el frío que está trayendo, como los virus que causan tantos resfriados y que me tienen loca en la farmacia, como el mes que es para el año como un lunes en la semana... pero el año no puede más que mejorar. Me apropio del término acuñado por Algodón de Luna: yo este 2015 también voy a ser una DISFRUTONA, lo grito y se lo digo a todo el mundo. Estamos viviendo intensamente lo malo, pero estamos preparados para vivir todo lo bueno que está por venir. Estoy segura de que es mucho, porque la vida, a la larga, compensa.