viernes, 8 de abril de 2016

Motivo 64: Batiburrillo

Pese a que suelo estresarme con facilidad, es cierto que no recuerdo una época más estresante, además positivamente hablando, que la actual.

Vivo inmersa en una rutina que no me deja apenas dormir y, aunque estoy cansada, también estoy feliz.


Por un lado están las clases particulares, que se nota que se va acercando a lo lejos el fin de curso y la cosa va apretando. Mi niño de 2ºBach vive en los mundos de Yupi, no aprueba ni a la de tres y tenemos que apretar que la selectividad está a la vuelta de la esquina (si llegamos, que yo espero que sí!). Y mi niña es un amor, pero vive a media hora de mi casa y me requiere casi todos los días... paso más tiempo dando vueltas yendo y viniendo que en clase propiamente.

Lo del piso y mi condición de semi ama de casa lo llevo mucho mejor. Simplemente me he tranquilizado y he decidido que más nos vale tener un hogar sucio y feliz que relimpio y estresado. La gente que viene es de confianza, y quien me quiera criticar lo va a hacer igual... 

Esto no quiere decir que vivamos revolcándonos en la suciedad... Yo limpio entre semana, el Pequeño lo hace los findes, pero con calma. Me he dado cuenta de que, aunque tenga las mañanas libres, no me da para hacer deporte, hacer la comida, comprar y limpiar a fondo todo. Así que hago un charipeillo de lo que comúnmente viene siendo lo que ve la suegra, y cuando tengo tiempo y ganas escojo una zona y me pongo a fondo con ella.
Lo frustrante de este sistema es que, cuando acabas de darle una vuelta a todo, lo primero que limpiaste ya tiene mierda como para echarle otras dos horas... así que nunca está todo limpio por más que una quiera... 

Igual me pasa con la plancha. Yo era una mujer que no planchaba nada. Y cuando digo nada es nada. Algún pantalón o camisa en mis tiempos de estudiante en Granada. Hace la friolera de 10 años. Después descubrí el arte de tender en perchas y poniendo las pinzas en lugares estratégicos, doblando después la ropa correctamente, y dejando que el tiempo y la gravedad dejaran todo en su lugar... 
Me iba bien... hasta que llegó el Pequeño y me dijo que le enseñara a planchar. Le enseño todo lo bien que sé, que es lo mismo de bien que puedo enseñarle a hacer encaje de bolillos, algo que no he hecho en mi vida... Así que por amor propio, y porque me da cosa de que todo lo planche él siempre, aquí estoy otra vez planchando... 
El viernes pasado estuve 2 horas y media de reloj. El lunes por la mañana ya estaba lleno el armario de la plancha otra vez.

A veces reflexiono sobre todo esto y me pregunto cómo lo hacemos estando sólo dos personas, que apenas coincidimos y que pasamos gran parte del día, de lunes a domingo, fuera de casa. No quiero ni imaginármelo cuando tengamos niños... Por eso, el Pequeño, que lleva dándome la vara años con el tema, dice que ya no quiere tenerlos por ahora, que si no nos organizamos ahora y estamos tan cansados, que qué vamos a hacer con hijos, jajaja!

También es cierto que ahora estoy inmersa en la vorágine de la boda... A menos de 7 meses estamos, lo pienso y me entra una cosa por el cuerpo... Que tiempo hay, de sobra y para todo, pero tenemos unas circunstancias especiales y yo sé lo que pasa, que quiero hacer miles de cosas y cuando quiera acordar pum! Septiembre y a ponerse con cosas realmente importantes y no las chorraditas que yo quiero hacer.

De momento no puedo contar mucho de los millones de ideas que tengo... primero porque no hay materializadas casi ninguna, y segundo porque más de un@ me lee por aquí y les quito la sorpresa... Pero prometo dedicar todo el año que viene a daros el coñazo con el tema, jajaja!!

Y así van pasando los días... y este blog ha cumplido dos años sin pena ni gloria. Pobre mío!! Lleva esperando un cambio de look, una celebración de aniversario o algo... y siempre se queda con las ganas. Al menos no me olvido de las fechas (todavía, todo se andará) y le doy las gracias, a él y a los que me leéis de vez en cuando, por darme tanto cuando yo doy tan poquito. GRACIAS!

4 comentarios :

  1. Ánimo! Y a ver si tú hijo se da cuenta de que es importante los estudios. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es mi hijo, es mi alumno!! Si fuera mi hijo otro gallo cantaría... jajaja!

      Eliminar
  2. a veces, cuando tienes un cambio de vida te sientes un poco desbordado, pero luego te acostumbras a ese nuevo ritmo. es como pasar de régimen transitorio a régimen permanente, como lo llamaban en la asignatura de mecánica de fluidos.
    mis alumnos sacan mejores notas en física y química que en matemáticas. supongo que la física y la química, aunque sean difíciles, les parecen más tangibles.
    besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo es que los cambios los llevo regular, Chema... me cuesta un montón adaptarme a lo nuevo, aunque sea positivo!
      Besitos!

      Eliminar

Gracias por tu comentario!!