Miro hacia el cielo y trato de verte entre tantas estrellas,
busco entre las sombras tu imagen perdida.
Dibujo tu rostro en las nubes que veo pasar,
viajando sin rumbo fijo
y, guiándome por la luna,
le pregunto:
¿Dónde estás?
Y enseguida mi pecho se agita
dándome la respuesta
con una lágrima derramada
que me hace comprender de nuevo:
No estás aquí,
permaneces en mi corazón.
Sacado de este blog, que llega a mí en un día muy oportuno...
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