miércoles, 31 de agosto de 2016

Motivo 70: Casi Septiembre

Y poco más de un mes después, como si no hubiera abandonado este blog por vacaciones (aunque todavía no haya tenido oficialmente), me siento a tomarme un buen café y dispuesta a escribir pensando que apenas tengo cosas que contaros. 

Y es que, si Julio pasó volando, Agosto no lo he visto ni venir ni irse. Eso es buena señal, porque Agosto, tan querido por todos, es para mí un mes cansino a más no poder: calor en su punto álgido (en los últimos años aderezado con tormentones que dan miedo), gente a más no poder en los sitios de veraneo, precios escandalosos para viajar a cualquier parte... para que no me tireis de las orejas, diré que lo mejor de Agosto es que hay aparcamiento en todas partes, jajaja!! (rumbo a la positividad, que no se diga!!).


Este mes me he puesto el chip vacacional y he desconectado. De todo, de todos. Creo que me hacía falta, porque a finales del mes pasado tenía un estado de nervios prebodil que me salían hasta ronchas por las noches... Y ni hay necesidad, ni me apetece agotarme tan pronto.

Me he ido a la playita con la mía mamma (y con mis hermanos, que cada vez pasamos menos tiempo juntos del que me gustaría) y lo he disfrutado un montón. Desde que trabajo, soy como un dominguero pero al revés: me voy los lunes a la playa y me vuelvo los viernes para trabajar el finde.

Esto tiene múltiples ventajas: hay menos gente (tanto en la playa como trabajando después), los billetes de bus son más baratos y no me canso de vacaciones. El exceso de playa en mi infancia ha hecho que tras 10 días seguidos me suba por las paredes.. aunque ya no recuerdo lo que es eso, por suerte. 

He visto muchas series y pelis, he leído más libros que en el resto del año... ya os hablaré de todos ellos. He reído mucho. He tomado el sol poco (y lo poquito que lo había tomado ya ni se nota...). He jugado al Sushi Go hasta casi aborrecerlo. He comprado revistas, un pequeño placer que no me permitía desde hace mucho. He saltado olas como si tuviera 10 años, y con bandera roja (mi madre por supuesto no lo sabe, pues aunque tengo casi 30 sé que me regañaría). 

Me he comprado la ropa interior y los zapatos para la boda, y una bata monísima... pero me he dado el gusto de no hacer nada más durante mis días en la playa. Lo necesitaba yo, y creo que el Pequeño también lo necesitaba, que le diera un poquito de tregua...

No he ido a la feria de Málaga (ains!), pero sí a la de Martos y también la he disfrutado. Hemos dado invitaciones, y la mayoría de la gente las ha recibido con la misma ilusión con la que nosotros las entregamos. Y eso me hace muy, muy feliz.

Hemos pasado una semana de "vacaciones" en casa a nuestro estilo. Haciendo cosas tan divertidas como limpiar a fondo la cocina durante 6 horas... pero felices. Durmiendo siesta. Madrugando algunos días y levantándonos a las 12 otros... Organizándonos fatal, como siempre últimamente. Viendo "Pequeñas mentirosas" como si no hubiera nada más en el mundo. Siendo Pequeños.

Y es que ahora, escribiendo este post, me doy cuenta de todo lo bueno que me ha traído este mes tan odiado por mí. Y me sorprende. Y me alegra. Y me hace apuntar mentalmente que hay que hacer balance de cuando en cuando, porque generalmente olvidamos antes lo bueno que lo malo. Y es una pena...

6 comentarios :

  1. espero que tengas una feliz vuelta a la vida normal, y sobre todo que tu boda salga fantástica.
    yo acabo muy harto del verano, la verdad, prefiero mi rutina diaria. ^_^
    besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo contigo, Chema. Donde se ponga una buena rutina, que se quiten 15 Agostos... jajaja!
      Besotes!

      Eliminar
  2. A mí Agosto me gusta. Me gustaría más aún si tuviera vida y tiempo libre porque me encanta la playa y el fresco, y como sabes aquí en Asturias no abunda. Cuando todo esto acabe me voy a dar un homenaje que van a temblar los cimientos del mundo.

    Aquí nos ha acompañado un verano inusualmente caluroso algunos días. Un calor que te morías maja. Y por la noche tormenta. Pero no una tormentita inocente de verano, unos truenos que me temblaban los cristales. Uno de ellos concretamente me dejó con la misma cara de susto que cuando oigo cantar a Paquirrín. No pegué ojo en toda la noche fía, no te digo más.

    Por lo demás, iba a decir que tengo ganas de volver a la rutina, pero vivimos juntas desde hace bastante tiempo. Lo único que ha cambiado es que he decidido cerrar el blog porque ya siento que necesitaba hacerlo, y quizá debería haberlo hecho antes, lo que no quiere decir que no me siga pasando por los blogs a dejar huella de cuando en cuando.

    Espero que los últimos coletazos de verano aún te dejen cositas positivas.
    Besote!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de tu blog me dejó un poco chof cuando lo leí, pero verte por aquí me da una alegría inmensa. Además, cuando el cuerpo te pide algo, haces bien en dárselo!
      Los últimos coletazos están dejando un calor asquerosillo... anoche a las 10 marcaba el coche 39 grados... esto es morirrrr, pero espero sobrevivir, por lo menos hasta el bodorrio, jajaja!
      Un besote!!

      Eliminar
  3. Hay que hacer censo de lo bueno para saborearlo más y que no nos pase desapercibido.
    Ya va quedando menos para la boda!!.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aquí me tienes, decorando cestitas con el poco arte que Dios me ha dado para estas cosas... jajajaja!!
      Es bueno hacer censo, a las pesimistas como yo le hace mucho mucho bien.
      Besotes!!

      Eliminar

Gracias por tu comentario!!