miércoles, 27 de mayo de 2015

Motivo 38: Pilates

Creo que ya os he hablado alguna vez de mi descubrimiento deportivo de este año: el pilates. Sin embargo, aprovechando que esta semana acaban las clases, retomo el tema para hacer balance de algo a lo que me apunté sin mucho convencimiento pero que me ha aportado muchas cosas que ni imaginaba.

Que soy menos atlética que Falete es un hecho conocido por todos... sé que el deporte es bueno, es más, he comprobado sus beneficios físicos y, sobre todo, mentales... pero es que soy muy perra. No me gusta, no tengo fuerza de voluntad, requiere demasiado tiempo... y no encuentro nada que me llame lo suficiente. 


Este año, entre mis buenos propósitos, estaba el deporte como asignatura pendiente y urgente en pos de una vida saludable: decidí darle una oportunidad definitiva a la bici (y ahí seguimos, con nuestra relación amor/odio pero más o menos estable), retomar mis andaderas (poco) y la natación (menos) y seguir con el pilates.

Me apunté a Pilates con un amigo para obligarnos a hacer un poco de deporte, con la cosa de no dejar tirado al otro, y porque era muy barato: de Octubre a Mayo nos costaba 82 euros, dos clases de hora y media a la semana. En comparación con los precios de los centros de fisioterapia y demás... es un ofertón!! La parte mala es que como es en una institución que depende del ayuntamiento (por eso es tan barato) el día de las inscripciones tienes que estar allí a las 6 de la mañana para apuntarte cuando abren a las 9... yo pequé de novata, quedamos a las 8:15 y éramos los 282 en la lista (demencial, totalmente).

El caso es que por este precio y por el público que suelen tener estas clases (cogí el horario de 9 a 10:30 de la mañana, mucha gente joven no esperaba encontrar...) no tenía muchas esperanzas en que fuera un pilates de calidad, ni que me enganchara, ni nada. Mis anteriores coqueteos con el pilates no habían sido lo suficientemente buenos para gustarme, pero al menos no me provocaba urticaria como pensar en el spinning (aaaggghhh, Dios!!), y como era lo suficientemente barato como para dejarlo en un momento dado sin que me diera cargo de conciencia, ahí que me apunté yo.

Y la experiencia de estos casi 8 meses no ha podido ser más positiva. Muestra de ello es que apenas he faltado (yo, señores, que me gustaba que lloviera para no poder salir a andar! Lo confieso, jajaja!), salvo a finales un poquito más por incompatibilidad de horarios y exceso de obligaciones.

Mi espalda ha mejorado notablemente... me noto más en forma en general, más elástica (desde pequeñita, nunca me he llegado a los pies, es que soy un desastre deportivamente hablando...) y más fuerte, pero sobre todo me he quitado de encima esos dolores que me daban por culpa de las horas que paso de pie en el trabajo y cargando cubetas.

He conocido gente estupenda, me he reído mucho, he tenido la suerte de tener una profesora genial: una mujer así un poco mística que mezclaba el pilates con el yoga y con cosas raras... que yo me creo a medias, pero que en este año concreto me ha venido genial, genial. Acabar cada clase con un poquito de relajación, con un pensamiento positivo, ha hecho de mis martes y mis jueves días más felices. 

Evidentemente, no todos los días es una alegría levantarte a las 8 con 3 grados en la calle para ir a hacer abdominales... pero aunque iba arrastrándome, no ha habido un día que no me haya compensado, y que no haya salido como nueva de allí, os prometo que no.

Así que hoy un poco triste de que acabe una etapa... con la esperanza de que no me desinfle de cara al año que viene y el próximo Octubre pueda volver a disfrutar de una experiencia sanadora en muchos sentidos. Ya os contaré.

Y vosotr@s, ¿habéis probado el pilates alguna vez?¿ Qué os parece?



6 comentarios :

  1. ¿Enterarte de que existe puede considerarse un primer paso? Pues gracias por ayudarme a darlo.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No puedo creerme que no lo conocieras... pero sí, puede considerarse un primer paso porque sin conocerlo no te puedes apuntar!!
      Gracias por pasarte por aqui, un besote!

      Eliminar
  2. Pues no soy pilatera, no. Lo he probado alguna vez pero a mi me va más el aerobic o el step jejejeje. Para el pilates me falta paciencia. ¿Has visto qué tonta soy?
    Besos, muchos y ¡ánimo con el ejercicio!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo antes era también de aerobic y step, sobre todo del segundo... pero ahora me sobra más peso y sudo demasiado, jajaja!! Aunque me gustaria retomarlo, más ahora que me lo has recordado!
      Un besote!

      Eliminar
  3. yo amo el pilates aunque me gusta más el hatha yoga, si algún día tienes oportunidad, prueba que es la caña
    un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una vez, hace muchos años, di una clase de yoga... no me hizo mucha chispa, pero en su día me pasó igual con el pilates y mírame ahora! Así que le daré una segunda oportunidad! ;)
      Besotes!

      Eliminar

Gracias por tu comentario!!