viernes, 25 de noviembre de 2016

Historia de una boda: El día B (parte 1)

No quiero dejarlo más, porque la vida pasa y pasa y te lías con otras cosas y al final no os cuento nada del bodorrio. Y me apetece, además de que os lo prometí.

En este caso, no es porque vaya a olvidárseme... más bien al contrario. Ese día lo vives todo tan intensamente, es tal cantidad de información que tu mente almacena cosas de las que sólo empiezas a ser consciente días después. Es ahora cuando empiezo a procesar lo guapo que iba tal, lo que me gustó el regalo de cual, y cosas así.


Tampoco creo que con el tiempo se vaya la ilusión y cuente las cosas de otra manera. Como ya he dicho por aquí, fue un día tan perfectamente ideal que sólo rememorar me hace sonreír y emocionarme como si hubiese sido ayer..

Antes de nada, quiero avisar que vendré con tantas entregas de boda como me dé de sí la cosa... hasta que se os atragante, jajaja, porque a mi es un tema que no me cansa (las bodas en general, no sólo la mía).Si veis que me pongo muy cansina, antes de dejar de leerme, hacedme un comentario sutil para que cambie de tercio, jijiji, que yo las cojo fácil. Procuraré intercalar de todas formas con otros temas para hacerlo más digerible a los anti-bodas.

Me gustaría comenzar por el principio... por esa noche toledana que pase en la que, no es que no durmiera, es que lo hice muy, muy regular. Y eso que mi madre nos preparó a todos una tila triple (si, muy de madre) la noche de antes, que estaba absolutamente reventada porque ese viernes fue de no parar y llegué a casa cerca de las 12 de la noche y sin cenar, y aún así me acosté cerca de las 2 de la mañana.

No sé si serían nervios, pues yo no me encontraba nerviosa en sí, o sería que mi cama de toda la vida ya no es mi cama y la extrañaba... o que dormimos los tres hermanos en la habitación y hacía un calor humano inaguantable. Sí, he de contar que eché a mi pobre hermano de su cuarto, aún siendo mi padrino y habiendo venido conduciendo desde Ávila unas horas antes, y lo hice dormir en un colchón en el suelo porque su habitación fue usurpada por mi traje de novia extendido y aislado del mundo. Soy así de cabrona, con perdón, no sé cómo me aguantan...

El caso es que amanecí a las 8:30 de la mañana y, aunque tenía tiempo de sobra, me levanté porque estaba harta de estar en la cama dando vueltas. Mi madre ya estaba desayunando y me dedicó una bonita charla de madre emocionada a hija casadera... en mi familia somos muy profundos, muy de hablar y expresar y guardar esos momentazos para el recuerdo. Yo no desayuné, tampoco tenía hambre, o estábamos tan enfrascadas en la conversación que no caí en desayunar... eso no lo recuerdo.

Pero vino muy bien, porque mi futuro me sorprendió un ratito después con esto...

Vista ahora la foto, me doy cuenta de que no se ve un pimiento... pero es un desayuno a domicilio como éste. Como yo pedí tanto adorno y tanta chorradita por internet, cuando preguntaron por mí por el porterillo yo pensé que sería algún paquete de esos que no llegaron para la boda (alguno hay que todavía no ha llegado...). Se me olvida que Pequeño es detallista hasta decir basta, que hasta en los grandes momentos es capaz de sorprender. Lo mejor del desayuno (que nos dío de comer a mi hermana, madre y a mi en la peluquería, porque traía un montón de cosas y estaba todo buenísimo), fue la sorpresa, el detalle, y una pequeña nota que ponía "estoy deseando de que lleguen las 18:00 para verte". Vamos, me podéis imaginar en la peluquería... me faltó contárselo a la gente que pasaba por la puerta, jajaja!!

No estuve nada nerviosa ese día, nada. El peluquero flipaba, porque mi hermana y sobre todo mi madre sí que lo estaban... menuda mañana le dimos al pobre hombre. Decía que en la vida había visto a una novia que tranquilizara a su familia. Y yo es que estaba tan feliz que me importaba todo un pimiento... que yo recuerde, pocas veces me he sentido así de contenta.

Todas las bodas tienen sus pequeños contratiempos, y la nuestra no iba a ser menos... Cuando por la mañana íbamos a sacar el coche para llevarlo a la floristería a arreglarlo de flores y prepararlo, la puerta de la cochera no abría. Una puerta que en 5 años que llevamos allí aparcando no ha fallado ni una vez. Una puerta que pertenece a un bloque de oficinas. Que el sábado, evidentemente, no tiene portero, ni vecinos, ni comunidad a la que llamar. A mi madre le iba a dar un telele, ella decía de abrir la puerta a lo bruto. Yo, desde la tranquilidad que os comentaba, le intentaba razonar que uno no puede ir abriendo puertas ajenas como le apetece... pero la mujer no estaba mucho para escucharme. 

Dentro de la problemática que podía haber supuesto un coche encerrado en una cochera, yo consideraba que sufríamos el mal menor: yo, que vivo a 10-15 minutos de la iglesia era la que no tenía el coche que queríamos, mientras que Pequeño, que vivía en un pueblo a 25 minutos de autovía, sí que lo tenía... Yo podía irme andando, o en cualquier otro coche... pero mientras más hablaba más nerviosa se ponía, así que yo opté por callarme y comer bollos de mi anterior desayuno. Para que no me bailara el traje y eso, jeje.

Después de 2 horas de gestiones y de muchos rezos, conseguimos que viniera un técnico y la abriera, y la sangre no llegó al río. El caso es que eran las 1 de la tarde, yo llevaba allí toda la mañana y estaba sin peinar... pero yo soy complaciente, decidida, tenía la suerte de tener a un gran peluquero peinándome y cuando se fue mi familia histérica a la maquilladora me quedé más agusto que un arbusto.

Elegí que no vinieran a casa e ir yo a peluquería y maquillaje, asesorada por ellos y, lo que en un principio me pareció que era más para conveniencia suya, acabó siéndolo mía, porque qué ratito de tranquilidad más bueno. Yo lo disfruté mucho. Y terminé de maquillarme cerca de las 4, cuando me casaba a las 6... pero es que la boda se me pasó rápida desde la misma peluquería, oye.

He descubierto también que los famosos no son guapos, es que los maquillan bien. Cuando una se gasta los cuartos y se busca una buena profesional, con una simple base de maquillaje parece otra... Y los ojazos no son más que eyeliner bien puesto y pestañas postizas. Que no os engañen!! No me refiero a mi caso, que yo soy guapa y voy así a diario, me refiero a los que salen en la tele. 😄

(continuará...)

2 comentarios :

  1. qué sorpresa el desayuno a domicilio! y lo de la puerta del garaje le dio a ese día un toque de suspense. segregar un poco de adrenalina es bueno, jeje.
    ya nos seguirás contando! besos!!

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    1. Adrenalina es poco, lo que se segrega ese día... jajaja!!
      Besos, Chema!!

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